¿Cómo funciona?
El proveedor se inscribe indicando el servicio/producto que ofrece y incluyendo la región geográfica donde lo hace disponible.
Ejemplos:
Un fontanero puede ofrecer su servicio en la provincia donde ejerce su profesión.
Un médico puede hacer consultas en su consulta, a domicilio o online.
Un profesor de inglés puede hacer cursos online a cualquier lugar del mundo.
La zona geográfica es fundamental para que el cliente pueda seleccionar el proveedor adecuado para el servicio o el producto que requiere.
La entrega y/o la reapzación del servicio se basa primeramente en esta información.
El cliente con sus credenciales hace una búsqueda con palabras claves añadiendo el filtro geográfico si aplica.
Indica el servicio o producto deseado y lo envía al proveedor.
Puede elegir enviar a varios proveedores a la vez.
Los intercambios de mensajes se harán directamente desde el portal web o la aplicación móvil.
La relación cliente/ proveedor se hace directamente entre las personas implicadas vía el portal o la aplicación.
La plataforma no recibe ningún tipo de porcentaje sobre los productos vendidos o servicios realizados.
La plataforma se reserva el derecho a excluir cualquier miembro en caso de falta a las normas básicas del adventismo.
Por ejemplo (pero no limitado a) falta de respeto, venta de alcohol, etc...
El cliente tiene la oportunidad de valorar el servicio ofrecido bajo estos 3 conceptos:
1. Cortesía.
2. Servicio realizado.
3. Calidad de precio.
Cada proveedor ve reflejado en su perfil la media de estos tres conceptos basados en las evaluaciones de sus clientes.
Compromiso.
Proveedor
Ofrece productos y/o servicios a un precio justo.
No vende a perdida ni tampoco a precios exagerados.
Cliente
En no usar su condición de hermano para aprovechar de proveedor sea en el pago, la disponibipdad y cualquier otra situación que puede ocurrir.
Que ninguno agravie ni tome ventaja de su hermano, en nada; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado. Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que menosprecia, no menosprecia a hombre, sino a Dios, el cual también nos dio su Espíritu Santo.
1 Tesalonicenses 4: 6-8.